lunes, 9 de abril de 2012

La madera de los héroes.

Última entrada de este blog. ¿El por qué? Fácil. Este blog se llama Diarios de Nadie. Y decididamente, y aunque sepa que no soy nadie, no quiero serlo. Asi que voy a abrir uno nuevo, con otro nombre, otra historia y una, seguramente, mayor participación diaria (prometo no abandonarlo como a este pobrecito...).

Bueno, son muchos puntos los que me han arrastrado a estas decisiones. ¿Por cual empezar? La verdad es que no lo sé. Como siempre he dicho, mi vida ha estado un poco perdida. No sé dónde estoy nunca ni dónde me encuentro. Simplemente sé que un día llegué a este mundo y me perdí... y creo que no me hice de la mejor forma que pude... ahora soy una sustancia gelatinosa y grisacea (no sé por qué...) que no tiene forma y que unos días está más caliente y líquida y otros más fría y dura...

Las cosas con Fran van aparentemente bien. Digo bien porque es un conformista. Se conforma con todo en lo que a mi se refiere. En ocasiones, hablamos de nuestros pasados antes de conocernos, y él me cuenta un millar de cosas que ha hecho con sus ex, como el Madrileño, él Depre o... bueno, con los demás no hizo mucho. Y cuando me las cuenta... en un principio no veo problemas. Pero dandole vueltas... me doy cuenta de que el Fran que me describe y el que conozco no son los mismos. ¿Estoy limitandolo de alguna forma?  ¿Soy yo el problema? La cuestión es que no sé cómo, pero mi interior se transforma en una mierda de tamaño considerable en pleno estado de autocompadecimiento que no sé solucionar... sé que algo va mal, y me jode no saber el qué.

Bueno, prefiero omitir mi opinión sobre la asociación. Qué carajos... esto es un blog sobre mi opinión, y puedo hacer lo que me plazca. Me siento en un lugar en el que algunas personas se aprovechan de buenas intenciones pero luego son las primeras en preferir pasarse el valor y la gratitud de algunas personas por los cataplines para luego infravalorarlas y pensar que quizás su papel o su lugar dentro de la asociación no es merecido... Y un cuerno.

Sin olvidar, por supuesto, que ese pequeño círculo de personas en el que se han convertido mis amigos no me tienen ningún aprecio. Simplemente están unidos a mi por compromiso. Lo sabré yo. Si algo llegara a pasar con Fran, una pesadilla que cada segundo está más cerca, me quedaría tan Forever Alone que hasta Rexona me abandonaria... (y si, sé que es malo).

Lo único bueno estos días ha sido Truco o Trato. Es un pequeño coque que se ha venido a vivir con nosotros. Por fin alguien que me comprende en esta casa. Hacía falta alguién así en mi vida. Un pequeño ser peludo al que colmar de cariño y amor y que sé que nunca me abandonará por nada a menos que sea un hueso sabroso o algo por el estilo... Truco se ha adaptado bastante bien a casa...

Entiendo que el post es bastante largo, pero bueno... Es mi blog, y en mi blog me desahogo. Y lo lee quien quiera, le guste o no. Por eso, si me ocupa mucho, me ocupa mucho.

En estos días necesito voluntad. Y la voluntad está hecha de madera de héroes. Algo de lo que carezco...

En fin, adiós... Nadie.

jueves, 15 de marzo de 2012

El Vals de las Mariposas

Como un pez atrapado en una pecera, sin siquiera quejarse, vuelve a estar caminando por el mismo camino de siempre. Alex se siente ese día algo desorientando, mostrándoselo a los demás en su forma de caminar, lenta y sin rumbo fijo. Pero aun así, él sigue caminando, indiferente.

En ocasiones, una suave brisa le sopla en la cara y lo saca de su estado. El sonido apagado de los coches llega desde detrás de los árboles de aquél parque al que acostumbra a ir.

Sacude la cabeza un tanto decepcionado consigo mismo. Desde su más tierna infancia, Alex se había prometido y jactado de decir que iba a vivir siempre como una persona joven, e iba a ser capaz de encontrar algo nuevo cada día. Ahora, tras años pensando que había conseguido mantenerse joven, se da cuenta de que no se agrada a si mismo.

Ya nada le diferencia de una persona cualquiera. Ha caído en una rutina, se ha apagado su color, y se da cuenta de que su campanilla hace tiempo que voló lejos. Esto enfurece a Alex, y lo llena de impotencia.

Pero incapaz de hacer nada, decide liberar las lágrimas para vaciar su interior. Sabe que ha perdido el tiempo, y conoce sus limitaciones físicas. Jamás será ese niño eterno, nunca podrá escribir ese libro que se hará famoso…

Camina más deprisa, como si así fuera capaz de abandonar esas pesadillas y ese arrepentimiento que llevan persiguiéndolo durante meses.

Pronto llega al centro del parque. Se trata de un círculo con varias salidas, cuatro bancos de frío metal con la pintura desgarrada y una fuente redonda en la que sentarse rematada por un angelito que escupía agua.

Llega hasta el borde y se sienta, apesadumbrado. No sabe que más hacer, y decide perderse en el vuelo de dos mariposas revoltosas que bailotean a su alrededor. Ve como una de ellas, una de color blanco, vuela cada vez más alejada de la fuente, en dirección a un parterre de flores muy coloridas para el gusto de Alex.

La otra, del color de las hojas otoñales, revolotea aún cerca de la fuente, observando, al igual que Alex, como su compañera se aleja en un elegante zigzag impulsado por sus alas.

Para sorpresa de él, la mariposa otoñal se acerca a él, y tras un par de vueltas, decide posarse en su hombro.

Desde que Alex tiene uso de razón, conoce los viejos refranes sobre las mariposas, y sabe que el hecho de que una mariposa se le pose encima a alguien es gesto de buena suerte.

Sarcástico, levanta la mano contraria con cuidado, calculando los segundos sin moverse. Sabe que solo tiene una oportunidad, y no quiere fastidiarla. Cuando tiene la mano lo suficientemente levantada, la acerca a su hombro contrario con extremada cautela.

¡Y ya está! Su mano se cierra y en su interior nota unas leves caricias que le provocan un escalofrío en la espalda.

-¿Por qué no la dejas bailar?

Alex se gira hacía ella. Sus ojos color cristal lo miran con fría seriedad bajo un flequillo moreno  que esconde su mirada.

Él, sin conocer motivo, la mira un tanto anonadado.

-¿Bailar?-pregunta Alex.

-Si, a la mariposa.-responde ella cortante. Está cruzada de brazos, y a pesar de ser algo más bajita que Alex, a este le intimida en parte.

-¿Las mariposas bailan?-vuelve a la carga con otra pregunta. Las caricias en su mano parecen menguar  notablemente, pero su presión se mantiene. No aprieta, pero no deja huecos ni posibles salidas.

-Continuamente.-asegura ella, cambiando de pierna su peso, mostrándose bastante impaciente.

Alex continua mirándola perplejo. En el rostro de ella se distinguen unos ojos cansados, rojizos. Y un par de surcos resecos bajan desde sus ojos hacía abajo, pasando por sus mejillas. Quiere preguntarle que le pasa, pero meterse en la vida de una desconocida no está bien. Es algo que sabe por experiencia propia. Odia mostrarse débil ante las personas, y no será él quien se inmiscuya en otras vidas.

-¿Y qué bailan?-plantea Alex.

Ella se queda en silencio, fulminándolo con la mirada, esperando algo. Alex piensa que es una maleducada. Desde pequeño le enseñaron a hablar con las personas, responder, conversar y no alterarse. Una guerra se gana con palabras y no con actos.

Ella alterna la mirada entre él y su mano. Entonces Alex cae. Ya no nota las caricias entre sus dedos. Se inclina hacía su mano y la abre, con la palma hacía arriba. La mariposa de colores otoñales no parece responder a su liberación. Está inmóvil.

La chica se acerca y se entristece. Alex toca a la mariposa con el índice de la otra mano. Sabe que no está muerta. Su mano no la ha dejado escapar, pero sí respirar.

Entonces, la otra mariposa, la blanca, hace acto de presencia volviendo de las coloridas flores del parterre y la que reposa en la mano de Alex, aletea una vez, desorientada.

Alex la mira con intensidad. Confía en ella, y sabe que es capaz. No es tan débil como aparenta ser. Piensa que, realmente, entre las mariposas y los humanos no hay tantas diferencias. Ambos géneros tiran la toalla sin haber dado lo mejor de sí. Opina, y sabe que acierta, que los humanos prefieren caer y seguir tirados a levantarse, ya que seguir tirados en el suelo no implica ningún esfuerzo, mientras que lo que les cuesta es levantarse. Pero piensa que las mariposas no son iguales.

La mariposa blanca, la atrevida pionera vuelve de su viaje y revolotea por encima de sus cabezas. Alex alterna la mirad entre ambas criaturas y levanta la palma de la mano sobre su cabeza.

Un par de caricias le muestran que no se equivoca. Pronto deja de sentir las caricias y ve como la mariposa otoñal vuela en busca de su compañera. Ambas comienzan un nuevo vaivén de movimientos dando vueltas, probablemente contándose lo que ambas acaban de vivir, una entre flores, y la otra entre los dedos de la mano de Alex.

Acaban a ras de suelo mientras continúan por allí flotando.

De pronto, la chica carraspea. Alex la mira, recordando por vez primera desde que abrió la mano, hará cosa de diez minutos, que la chica sigue allí.

Esta se ha sentado a su lado. Y al igual que él, sigue con la mirada el vuelo de las mariposas. Parece triste, y su rostro afligido entre las hermosas flores coloridas del parque hacen que Alex sienta algo de nostalgia y a la vez, pena por ella.

-Un vals.

Alex abre los ojos sorprendido y la mira directamente a sus ojos cristalinos. Sin embargo, ella sigue mirando las mariposas. Al menos su cuerpo. Porque seguramente, y tampoco se equivocaba, Alex sabía que su mente estaba a mucha distancia de allí. Y comprendía perfectamente que era imposible alcanzarla, ya que cuando una persona deja su mente volar, su alma es capaz de llegar tan lejos que incluso en ocasiones, puede que nunca regrese. Y sabe que la chica está lejos, y él no es más que un mero visitante en su mundo vacío. Que él no es la persona  que puede hacerla volver.

-¿Cómo dices?-pregunta Alex.

-Un vals. Las mariposas bailan vals cuando están en pareja. ¿No lo ves?-pregunta ella como si fuera lo más obvio del mundo, y Alex no se hubiese percatado de tal hecho.

Él le devolvió la mirada a las mariposas y pensó en ellas como si realmente bailaran un vals. Era cierto, pensaba, había una semejanza. Ambas dan vueltas y vueltas, caminando hacía delante y hacía atrás por su enorme pista de baile como es el mundo.

Ambos contemplan a las mariposas durante varios minutos. Alex resopla de indignación.

-¿Por qué no se van? ¿Por qué no vuelan lejos?-dice, mostrando su decepción.

-¿Por qué deberían hacerlo?-Ella se muestra imperturbable, hablando tranquilamente.

-La mayoría de las mariposas tienen tan solo un día de vida. ¿Por qué pasarse su vida aquí, en el mismo parque, entre las mismas flores hasta morir?-dice Alex, alegando sus razones, las cuales ve muy lógicas y racionales.-Tienen alas. En un día les da tiempo llegar muy lejos. Alejarse de este parque y conocer mundo.-casi acaba hablando en un susurro. En esos momentos, él se siente mariposa.-Son unos insectos estúpidos.

Ella lo mira una vez, y Alex cree ver un atisbo de sonrisa que se desvanece rápidamente.

-¿Por qué volar lejos si su mundo ya está ahí?-dice únicamente ella.

Alex vuelve a mirar a las mariposas bailando y ladea la cabeza. No lo ha entendido. Solo ve a las dos mariposas revoloteando, bailando un vals eterno que finalizara probablemente con el frío de la próxima noche. Sin interrupción, una baila junto a la otra, y ambas parecen felices. Felices de estar juntas en el mismo lugar, felices de poder vivir en el mismo sitio bailando, aunque solo sea un día.

Entonces es cuando él lo entiende y agacha la cabeza. Para esa mariposa, su compañera es su mundo. Quizás la mariposa otoñal no vea todo lo que quiere ver, y no llegue tan lejos como desee, sin embargo, es feliz.

Jamás. Nunca en su vida se ha sentido tan fuera de lugar como en aquél instante. No sabía que hacía allí y desconocía su verdadero lugar. Si ni siquiera sabia si él tiene lugar en el mundo.

Alex mira a su lado y ve que la chica, a pesar de tener una sonrisa en sus labios, sus ojos no muestran lo mismo. Está triste. Llora desconsoladamente en su interior. Y en su rostro, puede verse dos lagrimas que, como ríos, brotan de sus ojos que son lagos y van a parar al olvido.

-¿Quién eres?-pregunta Alex únicamente. Una chica llorando y él solo es capaz de preguntarle quién es. Pero él se rige por necesidades, y su necesidad actual es saber quién es ella.

-Alba.-contesta ella. Ella obtiene al fin un nombre, después de casi media hora hablando. Alba llora, y Alex no sabe que decirle.

-¿Qué te ocurre?-pregunta él con temor, como si lo que a ella le pasara realmente fuera culpa suya.

Ella niega con la mirada. No está preparada para decirlo, y prefiere no apartar la mirada de las mariposas. Alex deja de contemplar las mariposas para observar con mayor detenimiento a Alba. Ahora que se fija, Alba lleva su larga melena morena recogida en una cola, pero tantos pelos quedan sueltos que parece que la cola se la ha cogido a toda prisa. Incluso su flequillo parece fuera de lugar. Las ojeras inundadas por sus lágrimas dan señal de que la chica está cansada. Y su ropa… bueno, no es la ropa que una chica de su edad, guapa y delgada, elige para llevar. Lleva unos pantalones grises y una sudadera que le queda un poco ancha. Los zapatos son deportivas viejas. Pero claro, a ella eso le da igual.

Es realmente preciosa, piensa Alex. Y entonces comprende su problema. La entiende, y le duele en lo más profundo de su ser, a pesar de que no conoce a Alba. Su sentido se ha activado, y le da la razón. Ya sabe lo que le pasa y Alex relaja la mirada. Gira su cuerpo hacía ella y evita sonreír, para no parecer que se esté riendo de ella.

-Tú problema es que no sabes que eres una princesa.

Alba sonríe, pero la alegría no alcanza sus ojos. Sigue llorando. Pero poco a poco, los ríos de sus ojos se quedan sin lágrimas que derramar, y sus ojos cristalinos como lagos, se vuelven hacía él.

Alex cree que ha acertado. Cree que ella está más reconfortada y su angustia es menos dolorosa.

Ella abre la boca en una feliz sonrisa, cerrando incluso los ojos.

-Mi problema no es ese. Mi problema es que todos los príncipes han muerto.

Alex se queda estupefacto. Ella sonríe aún, y sus palabras las ha dicho como casi nada. Su mirada vuelve a las mariposas, y aparta por completo la vista de Alba. Está enfadado. Con ella. Consigo mismo. Con el vals de las mariposas. Con sus errores. Con su vida. Sabe que Alba está triste, y que llora, pero ha sido franca y se ha limitado a aceptar cuando un sueño no tiene materialización posible.

Él, en cambio, sigue soñando. Alex, a diferencia de Alba, está triste porque piensa que no es lo suficientemente fuerte como para alcanzar sus sueños, que en esos momentos brillan como estrellas lejanas que, sin remedio alguno, un día se apagarán y lo abandonarán… si no las abandona él antes.



Echa un vistazo al cada vez más oscuro cielo y contempla las pocas estrellas que son perceptibles a esa hora. Hace ya cinco minutos que Alba se ha levantado sin mediar palabra y se ha ido. Y el vals que han estado ofreciendo las mariposas ha terminado, puesto que la atrevida y aventurera mariposa blanca ha salido de viaje de nuevo, atreviéndose esta vez a alejarse más allá del parterre de flores de su última visita.

Alex se levanta y se estira los músculos entumecidos. Sonríe melancólico a la mariposa de colores otoñales, que abandonada de nuevo en su pequeño mundo, vuelve junto a la fuente y se posa sobre la fría piedra.

Se despide de ella con una mirada de cariño y un adiós en forma de susurro y abandona el parque. Se encuentra algo mejor, Alba le ha hecho ver que existe un punto de vista con el que él no había contado.

Quizás no llegue muy lejos, quizás no conozca mucho mundo, pero ha descubierto que no es necesario ir tan lejos si su mundo está con él. Y espera que esa persona que se convierta en su mundo aparezca pronto. Incluso está impaciente por algo que aún no ha sucedido, y no sabe cuando sucederá. Lo único que le sienta mal en estos momentos a Alex es no haber podido darle las gracias a Alba por haberle hecho ver ese punto.

No entiende el por qué de que ella estuviera tan triste aquella tarde. Quizás, si hubiera sabido que Alba venía del hospital hubiera ayudado bastante a saber. Y si Alex hubiera sabido leer la mente, hubiera comprendido la razón de las lágrimas de Alba. Hubiera sabido que el mundo de Alba se había apagado aquella mañana en un accidente de tráfico, y Alba había pasado todo el día en el hospital junto al cuerpo de lo que horas antes era el motor de su vida.

Y si Alex hubiera podido unir su corazón con el de ella, hubiera comprendido que con la muerte de su pareja de vals, su corazón había sido apagado por completo y tirado al océano del olvido sepultado por toneladas de dolor e impotencia.

Incluso así, Alex hubiera previsto que Alba, al marcharse, había ido a refugiarse bajo un árbol a llorar desconsoladamente agarrando una foto de ella y el chico que le enseñó a bailar un vals dándole como ejemplo el vuelo de las mariposas. Alex podría haber comprobado cuál era el llanto de Alba al ver que esta era incapaz de percatarse de como una inocente mariposa blanca la había seguido sin saber por qué y ahora yacía débil e incapaz de moverse en una fría telaraña, que por gracia del destino, había sido puesta en aquellas ramas al igual que aquella mañana, un coche había decidido saltarse un stop, llevándose por delante la vida de un inocente peatón.

Por eso, el alma egoísta de Alex le impidió ver como una estrella, el sueño de otra persona, quedaba colgada en el cielo, sin dueño, sin nadie que pudiera cumplirlo, sin nadie que pudiera acompañar a Alba en su vals. Un vals como el de las mariposas.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Un perdedor como yo.

Hemos quedado los terceros en el No Te Cortes. Por delante de nosotros, un grupo de gimnasia rítmica de Rota y un par de bailadoras de flamenco. Y por detrás, una larga lista de bailes chumba chumba y un par de temibles rivales que han resultado ser nada.

Si, si, sé que dije que al final no hariamos No Te Cortes, pero finalmente, y tras una larga conversación, mi sistema nervioso se colapsó, mi corazoncito no pudo con la pena de quedarse abajo del escenario sabiendo que los demás no se subian simplemente porque yo decidí no subirme... y nada, nos lanzamos.

Y, está mal que yo lo diga, pero ha sido una de las mejores propuestas que nunca hemos hecho, claro está, variando del tipico baile en el que el juego está en enseñar buenas piezas de carne... Y nada, nunca una derrota fue tan victoriosa... salimos super extasiados del lugar, orgullosos de nuestro trabajo y del resultado de un gran trabajo en equipo.

Por lo demás, hace tan solo horas que el día 28 ha acabado y me he despedido de Fran antes de que este cogiera el autobús para irse a Sevilla y... INCREIBLE, me ha pedido salir... Si, llevo un año de relación con él, pero en ningún momento ninguno le pidió al otro una relación estable...

Cosas de la vida, supongo...

martes, 21 de febrero de 2012

Los Rumores que Corren por Ahí.

Si bien es cierto que puedo ser algo bipolar, mi vida no se queda atrás, dándome una de cal y otra de arena. Estas palabras las he decidido escribir tras ver mi anterior post en el que me encontraba en un estado depresivo total respecto a ser uno de los criminales más buscados. Puedo decir que ahora mismo no lo soy, pero aún me queda mucho para ser totalmente feliz.

Para empezar, he arreglado mis problemas personales con las amistades más cercanas (con las furcias no, esas pueden seguir sentadas esperando) y todo pareció volver a la calma. Por San Valentín, le he regalado a Fran un bonito blog que a quién lo vea, conocerá la máxima expresión de vomitar arco iris. En serio, en ocasiones me cuestiono si mi procedencia no es realmente de la casa de Barbie en la Calle de las hadas, fecundado por un Oso Amoroso y un unicornio llamado Charlie... en fin.

A otra cosa, mariposa. Finalmente, creo que no participo en el No Te Cortes. Cancelamos la participación de Sacados del Bolsillo. ¿Por qué? He descubierto que la pasión que yo siento por el escenario no es la misma para los demás, y es imposible coordinar un grupo que en dos meses han sido incapaces de venir los quince miembros al mismo ensayo.

Por eso, dentro de tres días, veré como una oportunidad irrefrenable para subirme al escenario se va por el desague tras haber arruinado una increible propuesta y puesta en escena sin siquiera la oportunidad de saber si es una buena idea o tan solo una mierda a medio cagar.

Estaba pensando que este Sábado, que es Carnaval, podía salir a emborracharme. Pero considerando que el día 28 haré un año con Fran, he opinado que es mejor coger un coma etílico en otro momento y pasar este finde con él.

Ya tengo la idea de su regalo, que, bastante económico, no lo abstiene de un largo tiempo de trabajo para conseguir que quede tal como quiero.

Peeeeeeero bueno... mi vida sigue siendo igual de aburrida. No logro darle ninguna emoción alterna a mi estado de dejadez mental en el que me encuentro en el que todo me importa poco y ni siquiera sé porqué, ya que no tengo motivos para estar así...

Ah, si, según alguna que otra persona, por ahí me llaman el Pitbull. ¿Por qué? No, no. No porque me hayan oido cantar de broma alguna canción de ese... esto... músico. Más bien por otros motivos, como que cada vez que hablan mal de Fran, yo salto defendiendolo y asemejandome a uno de esos grandes perros feos agresivos...

Así que, a día 22, tengo un enemigo más, una ilusión menos, y ninguna emoción intermediaria.

Bonna nuit.

miércoles, 8 de febrero de 2012

El criminal número 1.

Hoy casi muero. No ha sido tanto el hecho de que casi muero como la forma en que casi lo hago lo que me ha echo recordar la existencia de un blog para estos casos. Mi vida consta de varios momentos malos por cada uno bueno, así que he tomando la idea de otro blog, alguién a quién admiro y sigo casi como un psicópata, hice este blog para contar mis penas, dandoles un toque humorístico y evitar así una acumulación de malos pensamientos de "todomepasaami¿porqué?". Así que allá voy.

Ayer justo tuve un confrontamiento con una amiga. Ella me llamó inmaduro, yo intenté correr tras un túpido velo su armario lleno de trajes de princesas, pero finalmente acabamos discutiendo y ella borrandome de tuenti. Espero que eso la haga feliz. Todo empezó porque el chico que a ella le gusta a mi no me parece bueno para ella, y a ella le da dolor y frustración que a mi no me caiga bien. Luego, en el día de hoy, una especie de ogra de esas de toda la vida ha reaparecido desde mi pasado para estropearle el cumpleaños a Lucía este Sabado. Que si yo voy a su cumple, ella se niega a hacer ciertas cosas. Parece que esta es la semana de la inmadurez.

Realmente estoy algo agobiado con los estudios. Griego no me preocupa, pero Inglés está resultando muy frustrante. Me replanteo la continuación en Bachillerato. Sinceramente, no estoy dispuesto a perder otro año en Sanlúcar en un instituto para tan solo una asignatura. Otro año más encerrado en este humilde pueblucho pasando casi cinco días sin Fran y sin la independencia que una carrera universitaria me proporciona es... aterradora.

En fin. Otra medida que he tomado ha sido la de apuntarme al gimnasio. Estoy cansado de que el que ligue sea Fran. Y he pensado que si voy al gimnasio, me pondré buenorro, con lo cual ligaré más que Fran y todos vendrán tras de mi. Así nadie se acercará a Fran como Tangito. Pero este hombre es otra larga, pero larga, historia. Hoy cumplo una semana ya en el gimnasio. Levantando 25 kilos en todas las maquinas. Un dolor y un calvario para mi, pero necesario.

En definitiva, un día la gente me quiere y al otro soy el criminal más buscado de Europa. Debo empezar a tener cuidado y buscarme algún que otro guardaespaldas.

Soy algo dificil de llevar adelante, lo sé. Pero no he sido yo el que ha elegido a los que me rodean. Los que me rodean me eligen a mi. Y son ellos los que deciden caminar junto a mi. Y si deciden prescindir de mi en el camino, no me importará emprender el vuelo. Llegados a este punto creo que quién dijo que la vida era un camino en el que siempre caminos solos tenía razón.

No es un buen momento sentimental/emocional/personal para mi persona. Así que intentaré corregir este mensaje para no parecer tan emo depresivo.

Lo siento. Y hasta otra.

martes, 24 de enero de 2012

Dálmata negro con manchas blancas.

Tengo un dalmata. Es pequeñisimo, enano, negro y con manchas blancas. Llevo cerca de la hora pensando que nombre ponerle. Fran ha dicho que lo llame Jack, en honor a Pesadilla Antes de Navidad. Pero no sé, soy presa de la indecisión y Fran presa de la ausencia de ideas para llamar al perro.

Este se ha pasado toda la hora con la cara vuelta mirandome con la lengua fuera casi como esperando.

Finalmente tiene nombre. Se llama Icaro. Como un ángel que me gusta mucho. Y ha sido idea mia. A Fran también le ha gustado. Lo mimaré, lo querré, lo adoraré... todas esas cosas que se le hacen a un perro.

¿Mi vida? Pues progresando. No es que yo sea la persona más feliz del mundo, pero me mantengo en una media alta comparada con algunas amigas que tengo... en fin. Algunas amigas están en plan asesinas porque no participan en la idea que he montado junto con Culo para el Notecortes de mi instituto. Pero si lo que me apetece es montar algo guay con gente entregada y tal, está claro que a vagos y personas que pasan del tema no las voy a incluir. Pero el hecho de la exclusión ya hace que se les apetezca unirse. Pues no.

En cuanto a los estudios, igual o peor, así que no sé. Me va a tocar hacer la prueba de madurez.

Ícaro, por su parte, está hundido. La 3DS se está quedando sin batería, y si se apaga... mi dálmata desaparecera. No he guardado la partida.

martes, 17 de enero de 2012

Tirirí

De fondo, "Al son del Jazz". Yo en mi acostumbrada silla verde junto a mi apesadumbrada mesa cargando con mi viejo ordenador con una docena ya de años.

Ultimamente he dejado el Blog muy de lado. Y no hace siquiera un mes que lo abrí. Pero es que... creo que tengo miedo. Miedo a escribir algo que no me guste, puede ser. Así que voy a empezar por el principio.

Mi vida. Siempre es mi vida. Soy un cúmulo de egoísmo, rencor y celos dentro de un saco de piel y huesos mezclado con sangre. Y nunca se si estoy haciendo lo correcto con mi vida. La realidad es que no sé si quiera como va a terminar este año.
Quiero algo, debo hacer otra cosa, quiero mantener esto, no me gusta esto... y siento que nada está bajo mi control.. Siento que quiero ser un dictador de mi vida, controlar todo lo que pasa en ella y ser capaz de cambiarlo a mi antojo, y nada de eso puede ser posible.

Y cada vez, esa oscuridad consume mi interior con intención de devorarme y transformarme en eso que tanto odio, una persona. Siempre he querido mantenerme siendo un niño... pero es dificil cuando interiormente luchas por crecer y obtener mayor poder para ser capaz de controlar todo lo que sucede a tu alrededor.
Tirirí.

sábado, 14 de enero de 2012

Mi vida un musical

Casi una semana sin colgar nada. Así de interesante es mi vida que no tengo nada que contar en un blog. Lo más emocionante estos días fue ayer, que me tiré dos horas y media dando vueltas por Sanlúcar como alma en pena esperando que o Fran llegara de Sevilla o que Culo saliera del instituto.

Y en una de estas vueltas, voy a un chino a comprarme unos cascos blancos que necesitaba. Se que son de mala calidad pero me hacen el apaño. De hecho, ayer los puse y me los puse en las orejas, pulsando el botón de play en el movil.

Me paseé por media ciudad con los cascos puestos mientras iba motivado con las canciones que iban sonando. A estos que me extraña que la musica suena demasiado... envolvente. Me saco los cascos y resulta que la gente me ha visto andar motivado con una canción de Katy Perry... pero no es algo que me preocupe. He hecho el tonto demasiadas veces en mi vida como para avergonzarme... por otra más.

lunes, 9 de enero de 2012

Famoso por nada.

Hoy Fran ha vuelto a Sevilla. Sé que lleva haciendolo todas las semanas desde que nos conocemos a excepción de Verano y Navidades... y que solo son cuatro-cinco días y unos 300 km los que me separan de él... pero no sé porqué, hoy me ha dolido más que de costumbre.

Los lunes suelo estar muy susceptible y sensible. Estoy en mi silla sentado delanto del ordenador escuchando canciones de Simple Plan en pijama con una sudadera, un cuaderno lleno de frases en Inglés de mi trabajo de clase y una cara que ojala y venga un cirujano estetico y me la cambie.

Pero no. El día ha pasado rápido, la clase de Inglés pasó en un salto y pronto estube de nuevo frente a la estación de autobuses, con las ultimas risas de Fran antes de que ese enorme cacharro se lo llevara de mi lado.

Son las siete, no tengo nada que hacer excepto mirar tonterias en Internet sobre juegos 3D y... no sé... no me siento bien. No sé si es conmigo mismo... no lo sé.

Ahora mismo pienso en que jamás aprobaré el exámen de Inglés de pendiente. Que 2º de Bachillerato habrán sido dos años tirados a la mierda, y que no valgo lo suficiente para que me cojan en la ESAD. Puta prueba de acceso. Puto instituto. Puta vida. Tres tacos en dos segundos...

¿Alguién podría decirme que hacer con mi vida? Se lo agradeceria de veras. Estoy cansado ya de esperar a que se pasen estas depresiones instantaneas que me entran y vuelva a ser el corderito feliz y estupido que soy siempre. Quiero un cambio en mi vida, y espero que ese cambio sea pronto. Otro año más en la misma casa, la misma ciudad, la misma gente... no podría con él.

Si, en conclusión, y tras meditarlo, necesito salir de aquí. Sentirme libre y fuera de obligaciones...

---------------------------------------------------------------------------------
Diez imposibles antes de dormir.
   1.-Que el cielo se tiña de morado permanente.
   2.-Que pueda volar.
   3.-Que me toque la loteria.
   4.-Que aparezca una puerta a otro y me abduzca.
   5.-Meterme dentro de mi 3DS.
   6.-Respirar bajo el agua.
   7.-Ser util a la humanidad.
   8.-Que entre en la ESAD.
   9.-Aprobar Inglés.
   10.-Tener alas.

domingo, 8 de enero de 2012

No, no he fallecido.

No es que me haya muerto. Pero estas Navidades han resultado un tanto intensas. Entre los 9 eventos con la asociación de Teatro, que si regalo para acá, que si fiesta allí... apenas me he conectado.
Además, el ratón de mi PC cada vez va peor... así que ganas cero.

A partir de mañana vuelve la rutina. Fran se vuelve a Sevilla, y yo me muero del aburrimiento y la soledad en casa... Bueno, hablemos del pasado que es más reconfortante.

Mi regalo de reyes ha sido la 3DS. Con 19 y aún pidiendo consolas... pero bueno, al llegar a casa de Fran, sus padres no estaban, y nos dimos los regalos en su habitación.

Mi regalo venia en brazos de otro. Le regalé un peluche de Yoshi, ese dragoncito verde a escala de 25cm con un paquete envuelto en sus manos, que resultó ser el juego de The Legend of Zelda, Ocarina of Time 3D... un juego que llevaba mucho pidiendome.

Y él a mi pues me regaló el Super Pokémon Rumble y el Blue Dragon. Claramente, el primero ocasionó en mi una satisfacción personal mucho más grande que el segundo. Si, lo disfrute y lo sigo disfrutando.

En cuanto al resto de regalos... sinceramente, esperé que algún familiar o amigo me regalara un loro. Pero no hubo suerte... mala pata. Algún día tendré uno.

Bueno, voy dejando esto ya que tengo que hacer unas fichas de Inglés para mañana. Mi vida cada día es más monotona... aunque no me disgusta la idea... que yo sepa.