martes, 21 de febrero de 2012

Los Rumores que Corren por Ahí.

Si bien es cierto que puedo ser algo bipolar, mi vida no se queda atrás, dándome una de cal y otra de arena. Estas palabras las he decidido escribir tras ver mi anterior post en el que me encontraba en un estado depresivo total respecto a ser uno de los criminales más buscados. Puedo decir que ahora mismo no lo soy, pero aún me queda mucho para ser totalmente feliz.

Para empezar, he arreglado mis problemas personales con las amistades más cercanas (con las furcias no, esas pueden seguir sentadas esperando) y todo pareció volver a la calma. Por San Valentín, le he regalado a Fran un bonito blog que a quién lo vea, conocerá la máxima expresión de vomitar arco iris. En serio, en ocasiones me cuestiono si mi procedencia no es realmente de la casa de Barbie en la Calle de las hadas, fecundado por un Oso Amoroso y un unicornio llamado Charlie... en fin.

A otra cosa, mariposa. Finalmente, creo que no participo en el No Te Cortes. Cancelamos la participación de Sacados del Bolsillo. ¿Por qué? He descubierto que la pasión que yo siento por el escenario no es la misma para los demás, y es imposible coordinar un grupo que en dos meses han sido incapaces de venir los quince miembros al mismo ensayo.

Por eso, dentro de tres días, veré como una oportunidad irrefrenable para subirme al escenario se va por el desague tras haber arruinado una increible propuesta y puesta en escena sin siquiera la oportunidad de saber si es una buena idea o tan solo una mierda a medio cagar.

Estaba pensando que este Sábado, que es Carnaval, podía salir a emborracharme. Pero considerando que el día 28 haré un año con Fran, he opinado que es mejor coger un coma etílico en otro momento y pasar este finde con él.

Ya tengo la idea de su regalo, que, bastante económico, no lo abstiene de un largo tiempo de trabajo para conseguir que quede tal como quiero.

Peeeeeeero bueno... mi vida sigue siendo igual de aburrida. No logro darle ninguna emoción alterna a mi estado de dejadez mental en el que me encuentro en el que todo me importa poco y ni siquiera sé porqué, ya que no tengo motivos para estar así...

Ah, si, según alguna que otra persona, por ahí me llaman el Pitbull. ¿Por qué? No, no. No porque me hayan oido cantar de broma alguna canción de ese... esto... músico. Más bien por otros motivos, como que cada vez que hablan mal de Fran, yo salto defendiendolo y asemejandome a uno de esos grandes perros feos agresivos...

Así que, a día 22, tengo un enemigo más, una ilusión menos, y ninguna emoción intermediaria.

Bonna nuit.

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